31 de octubre de 2007

Y ¿por qué?



Me pregunto por qué las relaciones humanas son tan complicadas...
¿Por qué esa necesidad de poseer al otro, de dominarlo, de destruirlo?
¿Por qué constituímos así al deseo?
¿O el deseo es así y nos constituye?
¿El deseo nos constituye a destruir a otro?


Decía Cortázar... "Y por eso se le ocurría ahora lo que a lo mejor debería habérsele ocurrido al principio: sin poseerse no había posesión de la otredad, ¿y quién se poseía de veras? ¿Quién estaba de vuelta en sí mismo, de la soledad absoluta que representa no contar siquiera con la compañía propia, tener que meterse en el cine o en el prostíbulo o en la casa de los amigos o en una profesión absorbente o en el matrimonio para estar por lo menos solo-entre-los-demás? Así, paradójicamente, el colmo de soledad conducía al colmo de gregarismo, a la gran ilusión de la compañía ajena, al hombre solo en la sala de los espejos y los ecos." (Capítulo 22 - Rayuela)
Creo, abandonando un poco las preguntas y las citas de otros... entre tantos otros exigiendo es díficil poseerse a uno mismo... Pero... la soledad... los otros como espejos... la dialéctica de Hegel... el perderse en otro para encontrarse uno... eso también es difícil...




(Perdón, dear Julio por tantos puntos suspensivos. Todavía los quiero demasiado como para dejarlos ir... Todavía soy, tal vez, demasiados puntos suspensivos como para definirme en un punto final.)

2 comentarios:

fer dijo...

Quizás no sea un tema de puntos, ni de comas.

Quizás no sea un tema de preguntarse sobre dialéctica, y lingüística, y faltas de ortografía que logren exitar a algún muerto en las tumbas de nuestro recuerdo de preescolar y primaria, cuando el encuentro con el otro eran cartas y risas escondidas bajo el velo de lo que ahora vemos como inocente, que se dispara en una pureza lejana, en la búsqueda que siempre estuvo, sobre un otro que siempre se ausentó.

Quizás la palabra más difícil sea el fin mismo, y despedirse sea una buena forma de encontrarse en el silencio de los que no se tocan, de los que no se odian ni se necesitan. La memoria como la mejor de nuestras Comas al cuadrado, de nuestros 6 aprobados, y nuestros aplazamientos.

Como el moviento nace de la mente; la comprensión de la visión, la visión de la mente... El sexo de las manos, las manos del movimiento, el movimiento de la mente. El amor es lo que se escapa a la búsqueda de la comprensión, es aquello en el mundo que está sobre nosotros, seamos quienes seamos, tengamos lo que tengamos. Lo demás, es nuestra mente... Es la INVENCION de cómo amar. Es torturarse la vida queriendo creer que hay un fin en nuestro sentido, que hay un momento en el que la plenitud se apodere de nosotros, sabiendo, en lo más hondo, que ese instánte es un orgasmo, y que a lo sumo ese instante se perdure en algunos instantes transversales, en paralelos y rectángulos de nuestra felicidad buscada, de esa utopía sin la cual esta vida sería mero ensayo para nuestro sexo inerte, nuestras manos tiesas, nuestros ojos blancos y fríos.

No hay puntos al infinito, ni comas que se retuercen unas sobre otras. No hay incomprensión, no hay comprensión. No hay nada que nos pueda faltar ni sobrar, ya que la falta y la sobra es el sentimiento mismo, y ese sentimiento, la expresión de una plenitud intangible, y que, como todo lo intangible, no merece ni precisa fonética, dialéctica, y ni siquiera una pérdida en éste tiempo que es el único y más complejo punto que nos asusta e intimida. La realidad.

fer dijo...

Jajajajaja
Me mató tu post...

Y es cierto que estás muy demostrativa... Esperemos que sigas así en febrero, perraaaaaaaaa

Yo también te quiero mucho, y una de las razones por las que este año estuvo tan bueno fue porque hablamos mucho más, y espero que siga así, hasta que hablemos tanto que se nos sequen los cachetes y nos inscriban en los Guinnes, te parece?
^^

Un beso enorme, loca!, feliz año y nos vemos en febrero!