19 de febrero de 2010

Pienso, luego... no no no, Existo y pienso!

Estaba pensando, llevo un largo rato pensando, qué es lo que me tiene paralizada para avanzar en la escritura.
A veces creo que los estados miserables del ser humano pueden ser un gran impulso hacia el arte. Destilamos dolor en las palabras, en los trazos, en la voz...
Otras veces creo que... no sé qué creer. Sólo sé que hace tiempo que me siento en deuda conmigo misma por no escribir, por no pintar, por no salir a sacar fotos. Me siento anestesiada!
En este momento tengo enfrente el atril donde copié un cuadro de Miró y lo siento tan vacío... el original de Miró es precioso, el mío es... frío y aburrido.
Antes de irme de vacaciones pinte un abstracto bastante duro, colores fuertes, no hay espacios libres, tal vez siento que no tengo espacios libres. Es todo tan ajustado y definido que... aburre!
No puedo escribir, no puedo pintar, no puedo fotogrfiar, no puedo leer!!!!! Mi cabeza está tan enmarañada que me cuesta sacar conclusiones.
Leo otros blogs donde se habla de derecho penal y me reprocho a mi misma no haberme puesto las pilas con eso que me apasionó en su momento. Veo a un amigo que sigue con Sociología y me reprocho no haberme bancado el ritmo de una segunda carrera (y lo más terrible, una carrera que me parece hermosa!). Pero como hay que ganarse el pan, hay que hacer sacrificios... fuck...
Estoy cansada, agotada, subsumida, idiotizada, y sin embargo, dentro mío todavía hay algo pujando por salir.
Todavía no sé que vía darle.
Hoy pensaba en un libro que había empezado a escribir, recuerdo a Marianita diciéndome que tenía ideas excelentes mientras caminábamos hacia el recital de Stone Temple Pilots hace un año y monedasm luego de esa charla, retomé y volví a dejar... un desastre lo mío... Y lo terrible es que no prosigo porque todo es tan personal, la escritura siempre tiene que ver con uno, con su alma, con sus deseos, con sus frustraciones, con sus propios demonios... Y es fuerte exponer todo eso en un libro. Es como ponerse un blanco en el pecho y quedar a la espera de los disparos (y de seguro que darán en el centro).
Esta puta condición de ser social, y de las expectativas que los cercanos y los no tan cercanos tienen de uno... está cosa del juicio sin procedimiento, del juicio por prejuicio, aplasta mi voluntad!
A veces pienso que me gustaría ser la clase de persona que le importa tres carajos lo que piensen los demás. No, en realidad, lo que me gustaría es vivir en una sociedad dónde nadie te rompa las pelotas por ser como quieras ser.
Estimo que todos buscamos ser felices, pero cuanto nos cuesta dejar que el de al lado sea feliz... como si eso opacara nuestra propia felicidad...
En fin... ces't la vie.-

16 de febrero de 2010

Fragmento de "Cultura y Simulacro" Jean Baudrillard

"Si ha podido parecemos la más bella alegoría de la simulación aquella fábula de Borges en que los cartógrafos del Imperio trazan un mapa tan detallado que llega a recubrir con toda exactitud el territorio (aunque el ocaso del Imperio contempla el paulatino desgarro de este mapa que acaba convertido en una ruina despedazada cuyos girones se esparcen por los desiertos —belleza metafísica la de esta abstracción arruinada, donde fe del orgullo característico del Imperio y a la vez pudriéndose como una carroña, regresando al polvo de la tierra, pues no es raro que las imitaciones lleguen con el tiempo a confundirse con el original) pero ésta es una fábula caduca para nosotros y no guarda más que el encanto discreto de los simulacros de segundo orden.
Hoy en día, la abstracción ya no es la del mapa, la del doble, la del espejo o la del concepto. La simulación no corresponde a un territorio, a una referencia, a una sustancia, sino que es la generación por los modelos de algo real sin origen ni realidad: lo hiperreal. El territorio ya no precede al mapa ni le sobrevive. En adelante será el mapa el que preceda al territorio —PRECESIÓN DE LOS SIMULACROS— y el que lo engendre, y si fuera preciso retomar la fábula, hoy serían los girones del territorio los que se pudrirían lentamente sobre la superficie del mapa. Son los vestigios de lo real, no los del mapa, los que todavía subsisten esparcidos por unos desiertos que ya no son los del Imperio, sino nuestro desierto. El propio desierto de lo real.
De hecho, incluso invertida, la metáfora es inutilizable. Lo único que quizá subsiste es el concepto de Imperio, pues los actuales simulacros, con el mismo imperialismo de aquellos cartógrafos, intentan hacer coincidir lo real, todo lo real, con sus modelos de simulación. Pero no se trata ya ni de mapa ni de territorio. Ha cambiado algo más: se esfumó la diferencia soberana entre uno y otro que producía el encanto de la abstracción. Es la diferencia la que produce simultáneamente la poesía del mapa y el embrujo del territorio, la magia del concepto y el hechizo de lo real. El aspecto imaginario de la representación —que culmina y a la vez se hunde en el proyecto descabellado de los cartógrafos— de un mapa y un territorio idealmente superpuestos, es barrido por la simulación —cuya operación es nuclear y genética, en modo alguno especular y discursiva. La metafísica entera desaparece. No más espejo del ser y de las apariencias, de lo real y de su concepto. No más coincidencia imaginaria: la verdadera dimensión de la simulación es la miniaturización genética. Lo real es producido a partir de células miniaturizadas, de matrices y de memorias, de modelos de encargo— y a partir de ahí puede ser reproducido un número indefinido de veces. No posee entidad racional al no ponerse a prueba en proceso alguno, ideal o negativo. Ya no es más que algo operativo que ni siquiera es real puesto que nada imaginario lo envuelve. Es un hiperreal, el producto de una síntesis irradiante de modelos combinatorios en un hiperespacio sin atmósfera.
En este paso a un espacio cuya curvatura ya no es la de lo real, ni la de la verdad, la era de la simulación se abre, pues, con la liquidación de todos los referentes —peor aún: con su resurrección artificial en los sistemas de signos, material más dúctil que el sentido, en tanto que se ofrece a todos los sistemas de equivalencias, a todas las oposiciones binarias, a toda el álgebra combinatoria. No se trata ya de imitación ni de reiteración, incluso ni de parodia, sino de una suplantación de lo real por los signos de lo real, es decir, de una operación de disuasión de todo proceso real por su doble operativo, máquina de índole reproductiva, programática, impecable, que ofrece todos los signos de lo real y, en cortocircuito, todas sus peripecias. Lo real no tendrá nunca más ocasión de producirse —tal es la función vital del modelo en un sistema de muerte, o, mejor, de resurrección anticipada que no concede posibilidad alguna ni al fenómeno mismo de la muerte. Hiperreal en adelante al abrigo de lo imaginario, y de toda distinción entre lo real y lo imaginario, no dando lugar más que a la recurrencia orbital de modelos y a la generación simulada de diferencias.
Disimular es fingir no tener lo que se tiene. Simular es fingir tener lo que no se tiene. Lo uno remite a una presencia, lo otro a una ausencia. Pero la cuestión es más complicada, puesto que simular no es fingir: «Aquel que finge una enfermedad puede sencillamente meterse en cama y hacer creer que está enfermo. Aquel que simula una enfermedad aparenta tener algunos íntomas de ella» (Littré). Así, pues, fingir, o disimular, dejan intacto el principio de realidad: hay una diferencia clara, sólo que enmascarada. Por su parte la simulación vuelve a cuestionar la diferencia de lo «verdadero» y de lo «falso», de lo «real» y de lo «imaginario». El que simula, ¿está o no está enfermo contando con que ostenta «verdaderos» síntomas? Objetivamente, no se le puede tratar ni como enfermo ni como no–enfermo. La psicología y la medicina se detienen ahí, frente a una verdad de la enfermedad inencontrable en lo sucesivo. Pues si cualquier síntoma puede ser «producido» y no se recibe ya como un hecho natural, toda enfermedad puede considerarse simulable y simulada y la medicina pierde entonces su sentido al no saber tratar mas que las enfermedades «verdaderas» según sus causas objetivas. La psicosomática evoluciona de manera turbia en los confines del principio de enfermedad. En cuanto al psicoanálisis, remite el síntoma desde el orden orgánico al orden inconsciente: una vez más éste es considerado más «verdadero» que el otro. Pero, ¿por qué habría de detenerse el simulacro en las puertas del inconsciente? ¿Por qué el «trabajo» del inconsciente no podría ser «producido» de la misma manera que no importa qué síntoma de la medicina clásica? Así lo son ya los sueños.
Claro está, el médico alienista pretende que «existe para cada forma de alienación mental un orden particular en la sucesión de síntomas que el simulador ignora y cuya ausencia no puede engañar al médico alienista». Lo anterior (que data de 1865), para salvar a toda costa un principio de verdad y escapar así a la problemática que la simulación plantea —a saber: que la verdad, la referencia, la causa objetiva, han dejado de existir definitivamente. ¿Qué puede hacer la medicina con lo que fluctúa en los límites de la enfermedad o de la salud, con la reproducción de la enfermedad en el seno de un discurso que ya no es verdadero ni falso? ¿Qué puede hacer el psicoanálisis con la repetición del discurso del inconsciente dentro de un discurso de simulación que jamás podrá ser desenmascarado al haber dejado de ser falso? ¿Qué puede hacer el ejército con los simuladores? Tradicionalmente, los desenmascara y los castiga en base a patrones fijos, y preclaros, de detección. Hoy por hoy, puede reformar al mejor de los simuladores como si de un homosexual, un cardíaco o un loco «verdaderos» se tratara. Incluso la psicología militar retrocede ante las claridades cartesianas y se resiste a llevar a cabo la distinción entre lo verdadero y lo falso, entre el síntoma «producido» y el síntoma auténtico: «Si interpreta tan bien el papel de loco es que lo está.» Y no se equivoca: en este sentido, todos los locos simulan, y esta indistinción constituye la peor de las subversiones. Precisamente contra ella se ha armado la razón clásica con todas sus categorías, pero las ha desbordado y el principio de verdad ha quedado de nuevo cubierto por las aguas."

http://caosmosis.acracia.net/wp-content/uploads/2006/12/baudrillard-jean-cultura-y-simulacro.pdf

17 de septiembre de 2009



Toda decisión es un salto al vacío
un recorte de las opciones
un acotamiento de las alternativas
una restricción del panorama

Toda decisión es, asimismo, una aventura
una exploración de nuevas sensaciones
una apertura a nuevas experiencias
un giro en el camino

Y, sin embargo,
con decisión tomada y avanzando
con deja-vu doloroso de viejas historias
con alegrías provenientes de estos días
sin embargo, dudo

En pleno salto al vacío
voy recordando que no hay red
nunca hay red que nos detenga
nunca hay certezas
y me paraliza la idea
Y de pronto estoy tan quieta,
tan aterrada, tan adormecida,
que todo me pesa y nada puedo decidir

Eso detiene el salto?

4 de julio de 2009

...

En esta vida algunos hombres nacen mediocres, otros logran mediocridad y a otros la mediocridad les cae encima.

Joseph Heller

29 de mayo de 2009

Keep walking



Cuanto más sueltos, más libres.

Cuanto menos ligados, menos sufriendo.


A veces llego a la conclusión de que cuanto más queremos y nos preocupamos por alguien, menos parece importarle a quien es destinatario de esos sentimientos. No digo que no importen porque no resultan relevantes, sino porque somos seres que sólo valoramos lo que ya no tenemos...
Si el momento es hoy, pues a vivirlo antes de que se transforme en un ayer. Y el mañana... eso es lo que estamos esbozando ahora.
Entonces, la cuestión es preguntarse cada día si uno quiere vivir en el fondo de la cueva cada momento de su vida o si uno quiere ir para adelante, al encuentro de las oportunidades y de vivir la vida con intensidad, como si no hubiera un mañana, como si no hubiera un ayer, como si lo único real fuese el hoy, el ahora.
Es positivo fijarse metas, pero aún más cuando siempre estamos atentos a las opciones que van surgiendo mientras avanzamos.
Pero, para que eso suceda... hay que moverse.
Eso estoy haciendo.


Y vos?

23 de octubre de 2008

Elogio del maquillaje - Baudelaire

"La mujer está en su derecho, e incluso cumple una especie de deber aplicándose a parecer mágica y sobrenatural; tiene que asombrar, encantar; ídolo, tiene que adorarse para ser adorada. Tiene, pues, que tomar de todas las artes los medios para elevarse por encima de la naturaleza para mejor subyugar los corazones e impresionar los espíritus. Importa poco que los ardides y el artificio sean conocidos por todos si el éxito es seguro y el efecto siempre irresistible. En estas consideraciones es donde el artista filósofo encontrará fácilmente la legitimación de todas las prácticas empleadas por las mujeres para consolidar y divinizar, por así decirlo, su frágil belleza. La enumeración sería inagotable; pero, para limitarnos a lo que nuestra época llama vulgarmente maquillaje, ¿quién no sabe que la utilización de los polvos de arroz, tan neciamente anatematizados por los filósofos cándidos, tiene como finalidad y resultado hacer desaparecer de la tez todas las manchas que la naturaleza ha sembrado de forma ultrajante, y crear una unidad abstracta en el tono y el color de la piel, unidad que, como la producida por la envoltura, aproxima de inmediato al ser humano a la estatua, es decir a un ser divino y superior? En cuanto al negro artificial que contornea el ojo y al rojo que marca la parte superior de la mejilla, aunque la costumbre proceda del mismo principio, de la necesidad de sobrepasar a la naturaleza, el resultado tiene por fin satisfacer una necesidad completamente opuesta. El rojo y el negro representan la vida, una vida sobrenatural y excesiva; ese marco negro hace la mirada más profunda y más singular, da al ojo una apariencia más decidida de ventana abierta hacia el infinito; el rojo, que inflama el pómulo, aumenta más la claridad de la pupila y añade a un bello rostro femenino la pasión misteriosa de la sacerdotisa."

Fragmento de: "Elogio del maquillaje", Charles Baudelaire


Feliz cumple, Lore!!!

19 de octubre de 2008

STP - 15/10/08

Fotos del recital: Reuters