14 de mayo de 2008

verdeeeeeeeeee

Dicen los científicos que si la tierra se sale de su eje, las modificaciones climáticas serían atroces. La tierra estaría plagada de huracanes y tormentas, los cambios de temperatura serían abismales. Desde el fenomeno de la rotación, se prolongarían los inviernos y los veranos en cada polo del mundo, mientras que en un polo ya no habría hielos pues todo estaría derretido y las temperaturas superarían los 50ºC, en el polo opuesto todo estaría congelado y las temperaturas normales serían inferiores a los -30ºC. Al producirse la traslación, se invertiría la situación de los polos, generando mareas absolutamente violentas.
O sea, si la tierra se sale de su eje, todo en ella se violenta, todo se estremece, se modifica sin medida...
Creo que algo similar sucede cuando uno se sale de su eje. Todo se pone en duda. Uno se sale del orden para quedar librado al caos. Se desordena. Y ese desorden genera una violencia interna, en un cataclismo que comienza en la garganta y estalla en una marejada de lágrimas. Lo que duele en el alma, termina doliendo en el cuerpo. El eje no está, el orden no está. Todo gira demasiado rápido y se llena de preguntas. Uno se sale de su ser, y al salirse, empieza a cuestionarse si es, qué es, por qué es lo que es. Y en el medio de tanto quilombo, las expectativas de los demás. La de la gente que nos quiere y que no comprende por qué de golpe y porrazo enloquecemos, esa gente que, tal vez porque nos conoce, se da cuenta de cuál es la vuelta de tuerca que nos está faltando pero que sabe que no es suficiente explicárnosla porque no hay soluciones mágicas para nada, porque son largos procesos que hay que asimilar.
Se me corrió el eje. Es así. Y estoy dando vueltas para tratar de resolver como me vuelvo a centrar, y la cuestión es que la única que puede hacer ese laburo soy yo. Pueden pellizcarme, cagarme a pedos, poner paños fríos, hechar agua hirviendo y no van a modificar mucho... En medio del caos, de las dudas viscerales, de esta ida de mi ser, que es algo temporal, al menos tengo una certeza, la certeza de que pegué buenos amigos. Amigos que me cagan a pedos porque me quieren y porque les duele verme derrumbada.
Sigo, a modo de tratar de poner un poco en claro que estoy volviendo, a modo de sacar lo que me desquicia y me rompe...
Pensaba en subir algo para descargarme un poco por escrito... y dado que esta vía pide una foto, elegí la de ese árbolito medio solitario al lado del río Paraná.
Supongo que no es nada casual... La elegí y luego me lancé a escribir, sin pensar exactamente que iba a salir. Y ahora, luego de un rato... pienso que tiene que ver con ese ser que se me extravío.
Hace años que soy así, una mina solitaria, difícil de acceder, difícil de tratar, siempre un poquito alejada y siempre en una actitud más contemplativa que de acción. Siempre tuve pocos amigos, y a esos pocos, les llevo largo tiempo verme llorando, les llevo tiempo o mejor dicho, ME llevo tiempo dejar que me vean en situación de fragilidad. No me gusta que me hagan daño (como a cualquiera) y por ende, no me brindo si no siento confianza en el otro. Soy demasiado liberal para algunas cosas y para algunas otras, soy bastante conservadora. Me cuesta dejar que sea otro el que controle la situación, sin embargo, parte de mi vida es controlada y todavía no puedo resolver eso... tal vez por ello mismo en la mayor parte de los planos no dejo que sea otro el que controle. Por eso MIS tiempos, MIS espacios y MI reticencia a que alguien los ocupe. Es lo poco (aunque bastante) que controlo de mi vida. No sé exactamente qué es lo que quiero de la vida, pero tengo claro que determinadas cosas no las quiero. No quiero inercia, no quiero sin-sentidos, no quiero sin pasión, no quiero rutinas, no quiero estancarme, no quiero no pensar, no quiero superficies, no quiero formalidades, no quiero ataduras silenciosas, no quiero expectativas ajenas, no quiero dejar de ser lo que era. No estoy lista para ser otra cosa.
Es eso, no estoy lista.
En palabras de Charly García: Estoy verde... no me dejan salir...
Tengo que confiar en mi sentimiento...